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UN DÍA EN EL ARTICO
empecé a preparar mi viaje.
Dicen los expertos que no hay frio sino personas mal
vestidas, así que me equipé adecuadamente, un buen
sistema de capas, y ropa técnica. Ropa interior, unas
buenas botas aislantes del frio, ya que pisar nieve te deja
el pié helado. Y resultó que el temido frío no fue para
tanto. ¡Prueba superada!
La oscuridad tampoco fue problema. De hecho, no es
correcto decir que todo el día es de noche, el sol, es cierto
que no llega a salir, pero sí que hay una luz crepuscular
durante las primeras horas del día, que resultó ser
bellísima para las fotos. Y luego la noche…
¡Por la noche, llega la magia! ¿Cómo describirlo? Es
difícil de explicar con palabras. Si la “Dama Verde” está
“dormida” la puedes confundir con una nube. Se parece
más a la Vía Láctea, es blanquecina y no siempre tenemos
la suerte de verla verde como aparece en las fotos.
Lo importante es localizarla, para saber dónde hemos de
mirar, y esperar a que se active.
Un pequeño truco: haz una foto al cielo, tus ojos ven
blanco, pero la cámara lo ve verde, aunque sea tenue o
débil. Gracias a este pequeño truco, detectamos muchas
auroras y tan solo era cuestión de paciencia y espera.
Cuando las lucen se activan, es como si alguien diera al
interruptor, de pronto, esa nube blanquecina, empieza a
tomar color gradualmente, y comienza a crecer y moverse.
Ese cielo quieto, pronto cobra vida y como si de un
ritual se tratara, comienza un silencioso baile, creciendo
en tamaño, se antojan figuras extrañas, cada vez más
intensas, cada vez más vivas.
Esas luces hipnóticas, parecen querer seducirme con su
baile sinuoso, vienen y van, ante mi asombro, atenta con
todos mis sentidos, siento el viento helado en la cara que
Objectiu AFOSANTS Nº3 | Maig 2015 31
empecé a preparar mi viaje.
Dicen los expertos que no hay frio sino personas mal
vestidas, así que me equipé adecuadamente, un buen
sistema de capas, y ropa técnica. Ropa interior, unas
buenas botas aislantes del frio, ya que pisar nieve te deja
el pié helado. Y resultó que el temido frío no fue para
tanto. ¡Prueba superada!
La oscuridad tampoco fue problema. De hecho, no es
correcto decir que todo el día es de noche, el sol, es cierto
que no llega a salir, pero sí que hay una luz crepuscular
durante las primeras horas del día, que resultó ser
bellísima para las fotos. Y luego la noche…
¡Por la noche, llega la magia! ¿Cómo describirlo? Es
difícil de explicar con palabras. Si la “Dama Verde” está
“dormida” la puedes confundir con una nube. Se parece
más a la Vía Láctea, es blanquecina y no siempre tenemos
la suerte de verla verde como aparece en las fotos.
Lo importante es localizarla, para saber dónde hemos de
mirar, y esperar a que se active.
Un pequeño truco: haz una foto al cielo, tus ojos ven
blanco, pero la cámara lo ve verde, aunque sea tenue o
débil. Gracias a este pequeño truco, detectamos muchas
auroras y tan solo era cuestión de paciencia y espera.
Cuando las lucen se activan, es como si alguien diera al
interruptor, de pronto, esa nube blanquecina, empieza a
tomar color gradualmente, y comienza a crecer y moverse.
Ese cielo quieto, pronto cobra vida y como si de un
ritual se tratara, comienza un silencioso baile, creciendo
en tamaño, se antojan figuras extrañas, cada vez más
intensas, cada vez más vivas.
Esas luces hipnóticas, parecen querer seducirme con su
baile sinuoso, vienen y van, ante mi asombro, atenta con
todos mis sentidos, siento el viento helado en la cara que
Objectiu AFOSANTS Nº3 | Maig 2015 31