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ARTÍCLES
Una tarde con ... delata.
Raúl Villalba Acepta que invada sus recuerdos, su niñez, su adolescencia y
su presente. Su vida. Una vida que ha girado como una noria,
Per Pilar Castillo Pla una veces a pleno sol, otras entre nubes y tormentas, pero
Cuando, cuanto menos, es más. siempre encajando los avatares y las heridas que abre la vida
Mi primer encuentro con Raúl fue una cuestión de humos. Los y que cicatriza ese ungüento llamado tiempo.
suyos y los míos.
No podemos negar que somos fumadores y eso, hoy en día, Su rostro denota vida, mucha vida vivida y muchas anécdotas
une mucho. que contar, como los días que pasó con los Rolling Stone
Estaba junto a él, al que unos idolatran y tantos otros en una de sus estancias en Buenos Aires y lo tímido que era
menoscaban. ¡Qué difícil es poner de acuerdo a todo el Mick Jagger, o como Keith Richards, abrumado por las fans no
mundo! podía salir del hotel sin ser perseguido y acabó camuflándose
Conocía su obra, pero no al autor y sin pensármelo dos veces en un camión de reparto de la Serenísima, conocida marca de
empecé a hablar con él con toda naturalidad y le pedí un leche argentina, para poder ver la ciudad.
poquito de su tiempo para poder conocerle. Siempre parto
de la idea de que no siempre se puede conseguir lo que se Sus ojos denotan ilusión por la vida que todavía le queda
desea, pero esta vez sí. Quedamos en llamarnos y vernos por vivir. Y por compartir. Amante amado y padrazo donde los
en su “residencia catalana”, el Hotel Volga, en Calella. Y allí haya.
estaba, puntual, esperando, para dedicar todo el tiempo del
mundo a una desconocida. Hijo de una familia acomodada, descendiente de irlandeses e
Conocer a Raúl es comenzar a quererle. Tras ese aspecto italianos, creció a ritmo de tangos y milongas en su Buenos
descuidado de eterno adolescente hay un ser humano que Aires natal, rompiendo con los esquemas establecidos. Como
acaricia con su sencillez, con ese acento porteño que le buen enfant terrible se saltó la ortodoxia, se saltó las normas
y luchó por sí mismo, por sus ilusiones y por lo que consideró
El Capitan Jack que era su mejor manera de expresarse: la fotografía.
Recuerda con entrañable cariño su primer premio, un premio
social de la asociación de la que era miembro. Ese sería el
inicio de una colección imparable, que a día de hoy cuenta
con unos dos mil galardones y los que quedan por llegar,
siendo conocido en cualquier lugar del mundo. Y en su
caso, él sí es profeta en su tierra. Raúl fue reconocido con
el Gran Premio de Honor de la Nación Argentina en el año
2008, como fotógrafo creativo. Premio que como él mismo
reconoce, le ha aportado la tranquilidad económica para
poder seguir expresándose, para que todo ese mundo tan
real en su imaginación no quedase sin salir a la luz pública.
Y así ha compaginado el arte y su trabajo, siendo todo uno,
porque su creatividad la podemos encontrar en las portadas
de libros de diversas editoriales, en carátulas de compañías
discográficas, en tarjetas postales y en tantos otros lugares
8 Objectiu AFOSANTS Nº4 | Setembre 2015